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El padre de la arquitectura regionalista

La fisonomía de Sevilla se debe en buena parte a la genial aportación de Aníbal González, un arquitecto que asimiló preceptos del Modernismo para expresarse mediante un estilo íntimamente ligado a su tierra: el Regionalismo.

Una mirada a la historia

El Regionalismo desarrolla una mirada al pasado, una reinterpretación de los estilos históricos de la arquitectura de Sevilla. El mudéjar se convierte en neomudéjar, el barroco en neobarroco, el gótico en neogótico… la Sevilla histórica crece con la Sevilla historicista. Y todo gracias al talento de un pequeño grupo de arquitectos, entre los que sobresale la figura de Aníbal González.

Prolífico a la manera de Eiffel en París, y determinante en la reinvención de paisajes urbanos, a la manera de Gaudí en Barcelona, Aníbal González supo configurar una corriente arquitectónica que se aferró a la filosofía de su ciudad como la forja se adhiere al ladrillo de sus características construcciones.

Un arquitecto determinante

Puedes encontrar edificios de este arquitecto repartidos por toda la ciudad: desde casas señoriales del centro, hasta edificios de carácter institucional, pasando por viviendas colectivas. Si preguntas a la gente por su autor, casi siempre te dirán «…de Aníbal González, creo», porque realmente fue un autor muy prolífico, pero además, aunque algunos no sean diseños suyos su influencia puede percibirse en muchas construcciones de la época.

Descubriendo su legado

Pero ante todo, Aníbal González desempeñó un papel esencial en la gran Exposición Iberoamericana de 1929, con el diseño de los pabellones y nuevos espacios urbanísticos que la muestra aportó a Sevilla. Los más destacados:

El Museo Arqueológico. Antiguo Pabellón de Bellas Artes de la Exposición Iberoamericana de 1929, realizado en estilo neorrenacentista.

El Pabellón Mudéjar. También ubicado en la Plaza de América del Parque de María Luisa, este edificio neomudéjar alberga el Museo de Artes y Costumbres Populares de Sevilla.

El Pabellón Real. Es el tercero de los edificios situados en esta fastuosa plaza, y completa el homenaje a los estilos arquitectónicos de la ciudad con el neogótico.

Y por supuesto… La Plaza de España. Probablemente el espacio más espectacular de la arquitectura regionalista. Encargada al arquitecto Aníbal González para la Exposición Iberoamericana de 1929, fue inaugurada por el rey Alfonso XIII. Su superficie total es de 50.000 metros cuadrados, de los que 19.000 están edificados y los 31.000 restantes son espacio libre.

Para tener en cuenta

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La Capilla de los Luises es una excelente demostración de su arquitectura neogótica.

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La Casa para Laureano Montoto es una de sus obras más orientadas al Modernismo.

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La Capilla del Carmen es la entrada a Triana y el preámbulo de su obra cumbre: la Plaza de España.